No entendía cómo después de cierto tiempo y soñar con seguir hacia delante, sentía que algo estaba estancado. No dudaba de sus sentimientos, los tenía muy claros. Pero notaba que se estaba perdiendo algo que para ella era muy importante.
Con el primer cruce de miradas surgió una confianza indiscreta. Con la primera sonrisa, se confirmo. Con el primer roce de la piel aparecieron todos los sentimientos que esperaban ir sintiendo poco a poco con el paso del tiempo.
Ha pasado el tiempo. No sabe si para bien o para mal, pero ha pasado. No cambiaría nada de lo que ha pasado en todo ese período, pues para ella, él es lo mejor que le ha pasado de momento. Si es ponérse enfrente suyo y no poder dejar de mirarlo. Conocer cada poro de su piel, contar cada pestaña, besar cada parte de sus labios, recordar su olor esté donde esté...
Quizás es miedo a no saber qué pasa. Miedo a intuir que ha perdido la confianza en ella. Miedo a que no sea su mitad. Miedo a que se halla cansado.
Creía que para él, ella podía ser su confidente. Pero posiblemente no sea así. Crea incertidumbre. Creía que para él, ella era quien encendía cada único deseo. Pero posiblemente no sea así. Crea tristeza. Creía que para él, ella lo elevaba hasta más allá del cielo. Pero posiblemente no sea así. Crea miedo.
Echa de menos, cada minuto de su vida, que con una mirada se digan todo lo que sienten, que le brillen los ojos, que la acaricie, que le haga sentir que la quiere. Echa de menos, saber que para él es la única. Y tiene miedo. Miedo a pensar que quizás se halla dado cuenta de que solo la quiere como una amiga más.
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